El poder de las mujeres también en el medio rural
Además de Secretaria Federal de Igualdad, soy parlamentaria socialista andaluza. Lo considero un extraordinario privilegio, que, entre otras cosas, me ha proporcionado recientemente la oportunidad de defender una iniciativa a favor de una presencia equilibrada de las mujeres en el sector productivo agrario en Andalucía.
Se trata de un sector muy masculinizado, donde el papel de las mujeres queda en muchas ocasiones relegado al cuidado de la familia, hijos/as, personas dependientes y a la ayuda a la explotación familiar, o a ejercer algún trabajo temporal, que proporciona ingresos complementarios.
La Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía va a poner en marcha el programa NERA, Nueva Estrategia Rural para Andalucía que busca definir un futuro para el sector agrario andaluz, con la participación de todos los sectores implicados.
Es una magnífica oportunidad para la igualdad de género también en este sector.
Desde el Grupo Parlamentario Popular, aunque finalmente ha apoyado la iniciativa, han defendido los mismos tópicos de siempre: las mujeres del campo lo que necesitan son guarderías y colegios, para conciliar ellas solas trabajo y responsabilidades familiares.
Pero en mi opinión las mujeres no necesitan colegios, ya salieron de ellos, las que tuvieron oportunidad de estudiar. Lo que necesitan es poder: ser propietarias de explotaciones, titulares de ayudas europeas, presidentas de cooperativas, o empresarias de suministros o de transformación de productos agrarios.
Con las mujeres compartiendo el poder con los hombres, además haremos más colegios, más guarderías, más carreteras y lo que necesitemos porque los hijos/as son de ambos, hombres y mujeres. El poder también.
Se trata de un sector muy masculinizado, donde el papel de las mujeres queda en muchas ocasiones relegado al cuidado de la familia, hijos/as, personas dependientes y a la ayuda a la explotación familiar, o a ejercer algún trabajo temporal, que proporciona ingresos complementarios.
La Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía va a poner en marcha el programa NERA, Nueva Estrategia Rural para Andalucía que busca definir un futuro para el sector agrario andaluz, con la participación de todos los sectores implicados.
Es una magnífica oportunidad para la igualdad de género también en este sector.
Desde el Grupo Parlamentario Popular, aunque finalmente ha apoyado la iniciativa, han defendido los mismos tópicos de siempre: las mujeres del campo lo que necesitan son guarderías y colegios, para conciliar ellas solas trabajo y responsabilidades familiares.
Pero en mi opinión las mujeres no necesitan colegios, ya salieron de ellos, las que tuvieron oportunidad de estudiar. Lo que necesitan es poder: ser propietarias de explotaciones, titulares de ayudas europeas, presidentas de cooperativas, o empresarias de suministros o de transformación de productos agrarios.
Con las mujeres compartiendo el poder con los hombres, además haremos más colegios, más guarderías, más carreteras y lo que necesitemos porque los hijos/as son de ambos, hombres y mujeres. El poder también.
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