Más rigor señor Vieira al hablar de violencia de género
Resulta desesperante que tengamos que seguir escuchando hoy por hoy declaraciones como las del presidente de la Audiencia de Madrid, Francisco Vieira Morante que recomienda que "no se denuncie la violencia doméstica cuando ésta es poco grave o está empezando".
Demuestra el peligrosísimo desconocimiento de determinadas autoridades ante el proceso que genera la violencia de género y que suele seguir el mismo patrón: algún insulto esporádico, ataques a la autoestima, y cuando la víctima se siente anulada comienzan las vejaciones más evidentes y tras el maltrato psicológico, que según este responsable de la judicatura sería poca cosa, aquella situación traumática ya de por sí, puede derivar en palizas e incluso en la muerte. Este proceso viene a durar entre 7 y 10 años de media antes de que la víctima denuncie. La violencia contra las mujeres es un asunto muy serio y del que debemos exigir rigor a la hora de realizar manifestaciones. Pero sobre todo, este tipo de intervenciones atentan contra el modelo preventivo recogido en la Ley Integral contra la Violencia de Género y ponen de manifiesto el trabajo ingente de concienciación y sensibilización que debemos hacer desde los puestos de responsabilidad y de creación de opinión, desde los partidos políticos, los medios de comunicación, las instituciones públicas, para luchar, entre toda la ciudadanía contra una lacra social que nos afecta a todos y todas.
Demuestra el peligrosísimo desconocimiento de determinadas autoridades ante el proceso que genera la violencia de género y que suele seguir el mismo patrón: algún insulto esporádico, ataques a la autoestima, y cuando la víctima se siente anulada comienzan las vejaciones más evidentes y tras el maltrato psicológico, que según este responsable de la judicatura sería poca cosa, aquella situación traumática ya de por sí, puede derivar en palizas e incluso en la muerte. Este proceso viene a durar entre 7 y 10 años de media antes de que la víctima denuncie. La violencia contra las mujeres es un asunto muy serio y del que debemos exigir rigor a la hora de realizar manifestaciones. Pero sobre todo, este tipo de intervenciones atentan contra el modelo preventivo recogido en la Ley Integral contra la Violencia de Género y ponen de manifiesto el trabajo ingente de concienciación y sensibilización que debemos hacer desde los puestos de responsabilidad y de creación de opinión, desde los partidos políticos, los medios de comunicación, las instituciones públicas, para luchar, entre toda la ciudadanía contra una lacra social que nos afecta a todos y todas.
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