15 noviembre 2006

En Santiago de Chile, en el marco del encuentro de la Internacional Socialista, tuvimos ocasión en el mismo día de visitar lo peor y lo mejor de este prodigioso país.

Durante la mañana acudimos a visitar Villa Grimaldi, el mayor centro de detención ilegal y tortura de la dictadura de Pinochet.

La finca pertenecía a la burguesía santiaguina. Era un espacio de recreo, arbolado, con una gran vivienda en el centro de la parcela y rodeada por un alto muro que la aislaba de las carreteras circundantes. Condiciones ideales para dar rienda suelta al horror de torturar a seres humanos por sus ideas. Fueron más de 2.500 los chilenos y chilenas que pasaron por allí desde 1973, fecha del golpe de estado a 1975, año en que el ejército abandonó esas instalaciones de horror y muerte.
Demolieron todas las construcciones para borrar las huellas de tanta barbarie. Pero, tras la recuperación democrática, un grupo de ex- prisioneros con ayuda del Gobierno chileno han construido una Fundación que cuida de aquel lugar, lo difunde en la Web http://www.villagrimaldicorp.cl/ y en visitas guiadas, y está reconstruyendo la memoria de cuanto allí sucedió.

Por la tarde visitamos la casa de Pablo Neruda en Isla Negra. Un espacio mágico dedicado al amor, el que procesaba por Matilde Urrutia y al mar, a los sentidos, a la libertad, a la creación poética, todo frente al pacífico, con la cordillera andina a las espaldas.
Pablo Neruda y el Chile libre, sobreviven y el resto del mundo ponemos nuestras esperanzas en el gobierno de la presidenta Bachelet.

El mundo no espera nada de Pinochet porque ya sabe quién es.