17 octubre 2007

EN BURRO SÍ, EN COCHE NO

Ese es el titular de un artículo publicado en El País el pasado sábado, y no es una broma.

Las mujeres en pleno siglo XXI y en una de las sociedades más ricas del mundo, como es Arabia Saudí, tienen limitados sus derechos hasta el grado de no poder conducir.

En este marco se sitúa la lucha de la feminista saudí Al Huweidar, una mujer de 46 años fundadora del ilegal comité saudí de defensores del derecho de las mujeres a conducir.

Hasta ahora todas y todos pensaríamos que el coche sirve para trasladarnos de un lado a otro, pero no es así en algunos lugares de la tierra.
En Arabia Saudí, donde existe una policía religiosa que vela por la moralidad de las mujeres, se considera que el hecho de que las mujeres conduzcan supone aumentar su riesgo de ser víctimas de abusos, ser agredidas en caso de accidente y por supuesto como no, ser más propensas a las aventuras extramatrimoniales.

Está claro que lo que subyace es una situación de discriminación hacia las mujeres que se fundamenta en un tipo de sexismo que conocemos como sexismo benévolo, que es sustentado por un paternalismo protector, está claro, consideran a las mujeres seres dependientes y débiles que necesitan constantemente de la protección de un hombre tipo “padre protector”.

En Arabia Saudí, las mujeres son consideradas eternas menores de edad que independiente de su formación, de su edad y de su profesión tienen que estar permanentemente tuteladas por un hombre, aunque este hombre sea tu hijo.

La madre y la abuela de Al Huweidar se desplazaban solas en camello o en burro para ir de un sitio a otro. Este derecho básico de autonomía se niega actualmente a las mujeres en Arabia Saudí.

Adelante Al Huweidar somos muchas las mujeres y cada vez más hombres las que apoyamos tu lucha, que es la lucha de todas y todos por la Igualdad.

10 octubre 2007

El velo islámico en las aulas

En estos últimos días se ha reabierto el debate sobre el uso del velo islámico en las aulas.

Son muchas y complejas las reflexiones que tenemos que hacer a este respecto, pero mientras esto sucede hay un derecho fundamental que prevalece que es el derecho de estas niñas a la educación. En esta línea están actuando los gobiernos.

Por eso resultan curiosas las últimas declaraciones del cardenal arzobispo monseñor Cañizares, cuando dice que lo importante es la libertad religiosa y que si el uso del velo en la mujer es fundamental para la religión islámica pues debemos considerar que permitir el velo es respetar la religión.

Qué triste Sr Cañizares, que defienda la discriminación de la mujer, que anteponga los usos más o menos arcaicos de la religión ante el respeto a la libertad y la dignidad de las mujeres. No nos sorprende Sr Cañizares pero nos apena, que la religión a la que usted representa no apoye la ciudadanía plena de la mitad de la población.

Shaima que así se llama la niña, tiene derecho y obligación de asistir al colegio, ahora bien, como decía el debate es mucho más profundo. Y yo me pregunto, ¿qué es lo que subyace cuando las principales religiones monoteístas utilizan a las mujeres para hacer visibles sus símbolos religiosos?, fijaros que esto no se produce de igual manera para los hombres, sino que este tipo de manifestaciones externas se les imponen sólo a las mujeres, pasa en la religión musulmana con el velo, pero hemos tenido ejemplos en la religión católica con la vestimenta de las monjas o la necesidad hasta hace bien poco de cubrirse la cabeza en determinados actos.

Visto así lo que subyace es una clara discriminación de género. Si a los hombres se les impusiese las mismas normas en su forma de vestir podríamos plantear un problema religioso, pero no es así, además sabemos que a las niñas se les cubre cuando empiezan a mostrar signos de pubertad, para que nos entendamos cuando pueden dejar de ser vistas como niñas y empezar a ser miradas como mujeres. Esto es una apropiación del cuerpo de las niñas, hay que taparlas del deseo de los otros, los otros son eso otros, hombres.

No os canso más pero quiero insistir que mientras tanto todas las niñas de cualquier condición social, cultural y religiosa tienen derecho a la educación.